El juicio final del Fiscal
María Belén Arroyo lunes, 7 mayo 2018 - 03:04
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En 11 meses de gestión como Fiscal General, se sentó varias veces en el lado acusador. El último jueves de abril, Carlos Baca Mancheno compareció ante el Pleno del Legislativo, pero esta vez en el sillón de los acusados. En el epílogo del juicio político en su contra, en maratónica sesión de casi 12 horas, Baca fue censurado y destituido con 128 votos.
¿La razón de su destitución? Como Fiscal difundió un comprometedor audio que revela una conspiración en su contra. En él se escuchan al entonces presidente de la Legislatura, José Serrano, y al excontralor, Carlos Pólit, prófugo de la justicia, conspirar contra el “miserable” de Baca, por no haber cumplido acuerdos. La ruta jurídica indicaba que el Fiscal debía judicializar esa pieza documental. Esa es la función de un Fiscal: ante la “notitia criminis” iniciar un proceso investigativo.
Pero su primera acción fue presentar la grabación ante la prensa. Más tarde, además, hubo denuncias sobre supuestas presiones a uniformados para preparar los partes policiales sobre la forma en que se obtuvo la evidencia. El enjuiciamiento político contempla tres horas para que la autoridad sojuzgada se defienda. Carlos Baca utilizó algo más de una hora. Declaró que su situación es consecuencia de haber enfrentado al “Hombre más poderoso del país”, alocución que repitió tres veces antes de aclarar que se refería al excontralor Pólit, hoy prófugo en Miami y requerido por la justicia bajo acusación de haber recibido10,1 millones de dólares en coimas de la firma Odebrecht.
Aunque la víspera del enjuiciamiento, en tono de advertencia había anunciado que revelaría los nombres de los asambleístas que acudían a la Fiscalía (mencionando que varios de ellos tienen investigaciones por incrementos patrimoniales), el día del juicio final no dio estos datos. No solo eso. Pidió disculpas al Legislativo por esa generalización.
En su argumentación, Baca aseguró que el hecho crucial no es el parte judicial, ni la rueda de prensa ni la posterior judicializa ción del audio, sino “la conversación entre un prófugo de la justicia y el expresidente de la Asamblea Nacional”. En esa perspectiva, defendió su decisión de hacer pública la grabación.
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