<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

Preguntas sobre la muerte de Jaime Roldós

lunes, 30 marzo 2015 - 06:24
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

    Tras las revelaciones históricas del documental “La muerte de Jaime Roldós”, seguir simplemente afirmando que a Roldós lo mató la CIA es una forma de continuar no haciendo nada.

    La investigación de la muerte de Jaime Roldós, Martha Bucaram y su comitiva, el 24 de mayo de 1981, debe terminar de asumir esta lista de requerimientos, entregada en versiones anteriores por mi familia al fiscal Galo Chiriboga y a la exministra de Defensa, María Fernanda Espinosa:

    1. El audio y el acta del último Consejo de Seguridad Nacional en el que participó el presidente Jaime Roldós.

    2. Los audios y las actas de Consejos de Seguridad Nacional posteriores al 24 de mayo de 1981, especialmente los realizados alrededor del informe de la Junta Investigadora de Accidentes (JIA) y durante la Comisión de Investigación del Congreso de ese entonces.

    3. La desclasificación de toda la información existente de la visita al Ecuador del teniente Nigra, oficial argentino de telecomunicaciones. ¿Quiénes fueron sus corresponsales en nuestro país y qué acciones desarrollaron como parte de la Operación Cóndor?

    4. El protocolo manejado en el lugar del supuesto accidente: ¿quiénes estuvieron a cargo y por qué limpiaron todo en lugar de recoger evidencias adecuadamente? El informe de La Policía de Zürich señaló que todo se hizo mal en esas primeras horas. ¿Quién tomó la decisión de operar así?

    5. El protocolo (y la cadena de mando) con el que se decidió enviar las turbinas del avión presidencial justamente a sus fabricantes en Canadá, para realizar ahí un informe destinado a contrarrestar el de la Policía de Zürich.

    6. Toda la documentación sobre la cadena nacional que divulgó dicho “informe de Canadá”.

    7. Un informe sobre el destino de dichas turbinas con posterioridad a su envío a Suiza y Canadá. ¿Las dejaron allá? Si fue así, ¿se las podría ubicar en algún lugar? ¿Fueron traídas de regreso al Ecuador? Si fue así, ¿cómo se dispuso de ellas? ¿Se las desechó? ¿Se las conservó y almacenó en algún lugar? Si este fuera el caso, realmente estaríamos hablando de otra cosa en materia de la investigación. Lo cierto es que las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa no pueden simplemente argumentar que las turbinas se extraviaron y ya, aquí no ha pasado nada.

    Tras las revelaciones históricas del documental “La muerte de Jaime Roldós”, seguir simplemente afirmando que a Roldós lo mató la CIA es una forma de continuar no haciendo nada. Si el actual Gobierno ecuatoriano tiene real voluntad de esclarecer la verdad, y no el interés de reproducir el macabro uso clientelar electoralista del PRE, debe demandar no sólo la desclasificación de archivos en Washington, sino en Quito. Si la Operación Cóndor operó en el Ecuador, se debe esclarecer qué miembros de nuestras Fuerzas Armadas fueron cómplices de esa transnacional del terror que mi padre enfrentó.

    En ese sentido habrá que debatir la pertinencia de re enunciar al posible magnicidio como una ejecución extra judicial, con la supuesta finalidad de mantener la imprescriptibilidad del delito: habiéndose inscrito en dicha Operación Cóndor, el magnicidio constituiría un crimen de lesa humanidad.

    Como hijo de Jaime Roldós y Martha Bucaram, defensores de la universalidad de los derechos humanos sin ver la filiación partidista o ideológica de las víctimas, resulta duro tener que esperar justicia de un aparato capaz de hacer las cosas que hace el actual Estado ecuatoriano. Pero mis hermanas y yo y los demás deudos de esa tragedia no tenemos otra opción que la de la obligación de seguir exigiendo justicia, aun ante la evidencia de su inexistencia.

    Más leídas
     
    Lo más reciente