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Lenguaje, vínculo afectivo y lactancia

viernes, 6 marzo 2015 - 09:46
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    La lactancia materna contribuye a desarrollar músculos vinculados al lenguaje y a promover un vínculo afectivo. Para las madres adoptivas o para quienes han abandonado de manera prematura la lactancia, hay alternativas al biberón.

    Escuchamos frecuentemente sobre la importancia de la lactancia materna para la salud del bebé. Nos indican que contribuye al fortalecimiento de sus defensas, reduciendo la incidencia de alergias, diarrea, obesidad, enfermedades virales y bacterianas, entre otros. Por su lado, nos informan que las madres también se benefician, pues tienden a sufrir menos de osteoporosis, cáncer de mamas y ovarios. Además, el amamantar contribuye a la reducción del tamaño de su útero, y a un menor riesgo de hemorragias.

    Sin embargo, los beneficios van mucho más allá. La lactancia también contribuye a fortalecer los músculos maxilares del bebé, vinculados al lenguaje. Según funcionarios de la Liga de la leche: “los bebés que toman el pecho utilizan más de 20 músculos de la cara y la mandíbula, y los ejercitan más del doble que los bebés que toman biberón. Esto es muy importante porque ‘prepara’ la boca, lengua y garganta para formar los sonidos necesarios para el lenguaje”.

    Otro gran beneficio es el fortalecimiento del vínculo afectivo entre mamá y bebé. Al dar de lactar, el cuerpo de la madre produce la hormona oxitocina, que fomenta sus deseos de cuidar y proteger al bebé. Durante la lactancia, el cuerpo de la madre y el bebé se tocan, cercanía que tranquiliza y relaja al bebé. Cuando se introduce el biberón tempranamente, es probable que ese contacto piel con piel disminuya.

    Existen madres que abandonan tempranamente la lactancia aduciendo que sus bebés son alérgicos a su leche. Aunque ciertamente hay bebés que sufren de galactosemia, trastorno metabólico, en otros casos, es probable que la alergia no sea a la leche materna directamente, sino a cierto alimento que la madre está ingiriendo. En este caso, la solución está en identificar y reducir/suprimir dicho alimento de la dieta de la madre (podrían ser lácteos).

    Para las madres adoptivas o las que desean restablecer la lactancia, existe un sistema de nutrición suplementaria, que es un pequeño contenedor de leche que la madre se cuelga en el cuello y cuyo tubito se pegan al pezón. El niño entonces toma leche de fórmula, pero la succiona desde el pecho de su mamá, manteniendo así, la cercanía física y afectiva. A través de este medio, el bebé también estimula la producción de leche materna.

    Hay madres que dejan de amamantar por dolor en sus pezones. Priscilla Loor, asesora en lactancia, señala que para evitarlo, la boca del bebé debe cubrir el pezón y casi toda la aureola de su madre. Si el bebé solo chupa los pezones, la leche no saldrá, causando irritación. Para mantener cierta cantidad de leche, recomienda a la madre dar de lactar cada vez que lo demande su bebé. Esto ocurrirá posiblemente de ocho a 12 veces al día.

    La lactancia es un medio gratuito con grandes beneficios no solo para la salud física del bebé y su madre, sino para fortalecer el vínculo entre ellos y desarrollar músculos maxilares vinculados al lenguaje. Para mayor información, puede contactar a la Liga de la leche: https://www.llli.org/langespanol.html y a Cenidel https://www.cenidel.com/

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